Que duras son las noches de insomnio,
cuando en la oscuridad de mi habitación,
me invade tu recuerdo y me vuelvo vulnerable
Y abre paso a que me hunda en la tristeza.
Me ahogo, no puedo respirar.
Tu imagen aparece por doquier.
Me recuerda que te amo,
que siempre te amaré.
Y también que este amor
me es prohibido,
que nunca te tendré .
La desesperación se apodera de mí
y grito contra el mundo,
y le reclamo a mi corazón:
“¿Por qué permitiste tanto?”
“¿Por qué cediste tanto amor?”
Más no pronuncio una palabra
sólo un sollozo detiene el silencio
Las lágrimas humedecen mi almohada
y me aferro con fuerza la sábana.
Deseo destruir el sentimiento
Quiero acabar con el dolor.
El tiempo pasa y sigo sin dormir
la luna me ilumina ¿Qué será de mi?
Miro fijamente el reloj
pensando en el amanecer.
Deseando que cuando el sol salga
triga consigo un poco de
olvido y consuelo
Y que con ayuda del alba,
acabe con este sentimiento,
y alivie un poco mi dolor.
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